quinta-feira, 28 de abril de 2011

MUNDO MELHOR

Devemos saber valorizar as coisas criativas, respeitosas,inclusivas e inteligentes.


A propaganda do Itau reune tudo isso.


Assistam.


http://youtu.be/i7lwst49a5g

CIESS DESARROLLA EL CURSO LA SEGURIDAD SOCIAL EN LA GLOBALIZACIÓN

Lo Instituto Ame Suas Rugas transmite o convite recebido do CIESS-México, de novo curso que realizam agora em maio, de extrema relevância e importância.

El Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social (CIESS), se complace en informar a usted el desarrollo del curso “La seguridad social en la globalización”, que se llevará a cabo del 9 al 13 de mayo próximo, en nuestra sede, en la Ciudad de México.

Con el objetivo principal de analizar el estado que guardan diferentes componentes en materia de seguridad social, como consecuencia del proceso de globalización y la necesidad de atender el deterioro de éstos, especialistas de la región abordarán, entre otros temas: mercado de trabajo, informalidad y seguridad social; el efecto de la migración internacional ante la búsqueda de empleo; transición demográfica en América Latina y seguridad social; Mercado trabajo, informalidad y seguridad social; acuerdos internacionales en seguridad social.

El intercambio de opiniones y experiencias entre trabajadores involucrados en la seguridad social, investigadores, sectores universitarios, investigadores, congresistas y público interesado en esta materia, seguramente enriquecerá el contenido del curso. Por ello, consideramos que la participación de su Institución será muy importante.

Mayores detalles de esta actividad académica y el formato de inscripción correspondiente, se encuentran disponibles en nuestra página electrónica: www.ciss.org.mx/ciess

Por lo expuesto, a nombre del Dr. Miguel Ángel Fernández Pastor, Director del CIESS, nos complace extender a usted, y a sus colaboradores, la más cordial invitación para que participen en el mencionado curso. Las instituciones afiliadas a la CISS pueden hacer uso de las becas a que tienen derecho, conforme a lo que establece el Reglamento Financiero de nuestra Organización. A los efectos, agradeceremos hacernos llegar a la brevedad que le sea posible sus solicitudes de inscripción al correo electrónico inscripciones@ciss.org.mx

Confiando en que contaremos con la representación de esa institución hermana, saludamos a usted muy atentamente y nos reiteramos a sus gratas órdenes.

Juan José Zermeño Córdova
Jefe del Área de Comunicación
Juan.zermeno@ciss.org.mx

quarta-feira, 27 de abril de 2011

REVISTA NEO MONDO APRESENTA COBERTURA SOBRE 6º COMLAT

A Revista Neo Mondo esteve presente no 6º Congresso Latinoamericano de Gerontologia e Geriatria e também acompanhou as discussões do Fórum Mundial de Sustentabilidade.

Você pode saber mais no portal da revista http://www.neomondo.org.br



quinta-feira, 14 de abril de 2011





DIPLOMADO PARA EL “FORTALECIMIENTO DEL LIDERAZGO DE LA MUJER INDÍGENA”
Del 20 de junio al 15 de diciembre de 2011

(MODALIDAD MIXTA)

CONVOCATORIA




Presentación
La Universidad Indígena Intercultural (UII), proyecto impulsado por el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe (Fondo Indígena), en el marco de su Programa Emblemático de Mujeres Indígenas, y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), en su Unidad Sureste, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México, convocan a la Segunda versión del “Diplomado para el Fortalecimiento del Liderazgo de Mujeres Indígenas”.
Esta propuesta ha sido elaborada en el marco del equipo gestor del Programa emblemático “Mujer Indígena” que impulsa el Fondo Indígena y contó con la participación y aportes de los diversos procesos organizativos que protagonizan las mujeres indígenas, tanto en organizaciones nacionales, regionales, mixtas e internacionales, las cuales hace parte de este proceso.
Estas organizaciones son:
El Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI), organización con la cual el Fondo Indígena suscribió un convenio de colaboración con motivo del presente postgrado, el Enlace Continental de Mujeres Indígenas, la Alianza de Mujeres indígenas de México y Centroamérica, la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), el Consejo Indígena de Centroamérica (CICA), la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia “Bartolina Sisa”, la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), la Confederación Nacional Amazónica de Mujeres Indígenas de Bolivia (CNAMIB), AMICA de Nicaragua, entre otras; contando en el liderazgo de las Consejeras Indígenas del Fondo Indígena.
También se sumaron al proceso varias agencias de cooperación comprometidas con el fortalecimiento de las capacidades de las mujeres indígenas, como la cooperación del Reino de Bélgica, la Cooperación Internacional Alemana, la Agencia Española de Cooperación Internacional, UNIFEM, UNFPA y Conexión Fondo de Emancipación, gracias a cuyos esfuerzos fue posible la realización de la primera generación en óptimas condiciones.
Esta alianza se renueva y fortalece para el lanzamiento de la presente convocatoria a la Segunda Versión del Diplomado “Fortalecimiento del Liderazgo de la Mujer Indígena” a realizarse de junio a diciembre 2011.
Objetivo general y objetivos específicos
El Diplomado tiene como objetivo general: fortalecer el liderazgo, desarrollar capacidades de investigación y fortalecer la participación de las mujeres indígenas en espacios organizacionales, públicos e institucionales a nivel nacional e internacional. Para lograr ese objetivo, el curso incentivará de manera central el análisis reflexivo, crítico, colectivo y constructivo sobre la particularidad de la mujer indígena y su participación en diversos espacios; por lo que se ha planteado los siguientes objetivos específicos:

i. Crear una plataforma de formación para lideresas que sean capaces de interconectar realidades, conocimientos y experiencias de vida de diferentes niveles de trabajo organizativo y activismo político en lo global, regional, nacional y local.
ii. La adquisición de conocimientos, herramientas, mecanismos y habilidades para la incidencia política en favor de los derechos de las mujeres y los pueblos indígenas a nivel local, regional, nacional y global.
iii. Conectar el marco de derechos de pueblos indígenas y de derechos de las mujeres, con sus realidades.
iv. Brindar espacios idóneos y herramientas analíticas específicas y de investigación, para facilitar la producción del conocimiento alternativo desde la sistematización de las experiencias de vida y la praxis de la lucha política de las mujeres indígenas.
v. Fomentar, a través de la reflexión colectiva, el análisis de la identidad de mujeres indígenas visibilizando sus aportes en el campo político, social, económico y educativo así como también desnaturalizando prácticas de discriminación y control que operan en contra de ellas, tanto dentro del mundo indígena como en el contexto de la sociedad nacional.
vi. Contribuir al fortalecimiento organizacional del movimiento indígena desde las perspectivas, potencialidades y necesidades de las mujeres indígenas organizadas.
vii. Contribuir a la generación de estrategias de alianzas en la región y a nivel global, de los liderazgos de mujeres.
viii. Fortalecer las capacidades para colocar las agendas de las mujeres en las organizaciones indígenas mixtas.

Organización del diplomado
El diplomado se integra con once unidades, que serán desarrolladas en cinco módulos; dos presenciales y cuatro virtuales, con la siguiente organización:
Módulos, modalidad y unidades
Módulos/modalidad/
lugar/fecha Unidades Número de horas
Módulo I
Primera fase presencial.
Lugar: Antigua Guatemala,
20 de junio al 15 de julio de 2011 Unidad 1
Cátedra Indígena Itinerante
Universidad Indígena Intercultural
80 Hrs.
Unidad 2 Movimiento indígena e identidad 80 hrs.

Unidad 3 Metodología intercultural, epistemologías descolonizadoras, historia oral, métodos y técnicas de investigación social
Unidad 4 Coloquio de presentación de propuestas de investigación
Unidad 5 Introducción a la Plataforma Moodle
Total: 160 hrs académicas
Módulo II,
Módulo virtual, 25 de julio al 29 de agosto de 2011 Unidad 6 Derechos, libre determinación y desarrollo con cultura e identidad de mujeres y hombres de pueblos indígenas 15 hrs por semana, 5 semanas

Total: 75 hrs académicas
Módulo III,
Módulo virtual, 05 de septiembre al 03 de octubre Unidad 7 Incidencia, liderazgo y activismo político de las mujeres indígenas 15 hrs por semana, 5 semanas
Total: 75 hrs académicas
Módulo IV,
Módulo virtual, 10 de octubre al 05 noviembre Unidad 8 Última fase redacción para reportes de investigación 15 hrs por semana, 4 semanas
60 hrs académicas
Módulo V
Módulo presencial,
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas
14 de noviembre al 15 de diciembre Unidad 9 Cátedra Indígena Itinerante
80 hrs.
Unidad 10 Violencia, justicia y mujeres indígenas
80 hrs
Unidad 11 Presentación resultados de investigación
Total: 160 hrs académicas
Gran Total: 530 hrs académicas


Perfil de ingreso
El diplomado está dirigido a:
a) Mujeres que se reconozcan pertenecientes a un pueblo indígena y sean hablantes de una lengua indígena;
b) Lideresas de base comunitaria con trayectoria organizativa;
c) Lideresas indígenas y/o mujeres indígenas electas en cargos de representación;
d) Lideresas indígenas activistas de derechos humanos, derechos de los pueblos indígenas y derechos de las mujeres;
e) Mujeres con amplia cualificación con experiencia en trabajos de gestión, desarrollo y fortalecimiento de organizaciones indígenas.
f) Profesionales indígenas ligadas a procesos organizativos, educativos, políticos o de desarrollo.
g) Mujeres interesadas en las tareas de investigación

Nota: Los/las postulantes deben disponer de pasaporte o de la documentación requerida en su país. Cada postulante asume la responsabilidad del trámite de su pasaporte en caso de resultar seleccionada.

Oferta de becas:

El diplomado ofrece un máximo de 25 becas completas otorgadas por el Fondo Indígena, destinadas a postulantes de los países miembros de este organismo internacional. Se considerará la postulación de alumnos varones indígenas y mujeres no indígenas. Los porcentajes de inclusión de cada una de estas categorías serán del 10%.

La beca incluye:
• Matrícula del Programa.
• Alimentación, vivienda y movilización durante los períodos presenciales del programa.
• Material didáctico.
• Seguro médico de emergencia en periodos presenciales administrado por el Fondo Indígena
• Transporte internacional o nacional desde el aeropuerto internacional del país de origen, hacia el lugar donde se realizará el postgrado para asistir a los períodos presenciales del programa.


Modalidades de certificación del diplomado
Habrá dos modalidades de certificación:
a) Constancia de aprobación del diplomado. Se otorgará a quienes obtengan 80% de los porcentajes de calificación en los aspectos a evaluar.
b) Diploma. Se otorgará a los/las participantes que cuenten con pasantía o título de licenciatura, carrera técnica y/o experiencia profesional relevante de al menos tres años en materia de fortalecimiento de organización de mujeres y pueblos indígenas. Y que obtengan 80% de los porcentajes de calificación en los aspectos a evaluar.

Tiempos y lugares

 El diplomado tendrá una duración de 6 meses. Inicia el 20 de junio y concluye el 15 de diciembre de 2011, con un total de 530 horas académicas.
 La primera sesión presencial (primer módulo) se desarrollará en Antigua, Guatemala, del 20 de junio al 15 de julio de 2011.
 La segunda reunión presencial se desarrollará en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México, del 14 de noviembre al 15 de diciembre de 2011.


Cronograma de convocatoria y proceso de selección

Actividad Tiempos
Publicación y difusión de la convocatoria 13 de abril de 2011
Cierre de recepción 13 de mayo
Periodo de preselección Del 14 al 15 de mayo
Proceso de selección 14 al 24 de mayo
Publicación de resultados 25 de mayo
Trámites administrativos 26 de mayo al 17 de junio
Viaje a Guatemala 19 de junio
Inauguración del diplomado 20 de junio



Documentación para la postulación:
Las y los postulantes, deben presentar sin excepción alguna, la siguiente documentación:

1. Llenar el formulario de postulación (Formulario 1 para líderes o Formulario 2 para profesionales)
2. En caso de que así lo requiera, enviar carta de solicitud de beca dirigida al Sr. Luis Evelis Andrade, Presidente del Fondo Indígena
En este caso, también debe enviar un certificado firmado por el/la postulante dando fe de que nunca antes se benefició de una beca del Fondo Indígena y que no goza de otra beca de otra institución al momento de postularse a la beca del Fondo Indígena
3. Carta de compromiso de que cursará la totalidad del postgrado, tanto en las dos fases presenciales, como en la fase virtual (escrita y firmada por el o la postulante).
4. Copia digitalizada de un certificado médico de que goza de buena salud.
5. Copia digitalizada de documento de identidad y/o pasaporte.
6. De acuerdo a su perfil:
• Líderes y lideresas sin título profesional: Deberán acreditar experiencia dirigencial. Completar datos según información solicitada (ir a Formulario 1)
• Profesionales indígenas y no indígenas: Deberán acreditar su formación enviando una copia digitalizada de título profesional de licenciatura o grado académico, otorgado por una institución de educación superior reconocida por el Ministerio de Educación de su respectivo país. O comprobación académica disponible. Es requisito completar datos según información solicitada (ir a Formulario 2)
7. Carta de aval digitalizada de y/o patrocinio de una organización indígena nacional o supranacional, especificando claramente el respaldo de la organización a la solicitud de beca del postulante. En dicha carta, la organización debe comprometerse explícitamente a mantener contacto con la/el becario, y responder por su patrocinado en caso de incumplimiento de los compromisos académicos asumidos. Además debe emitir una evaluación final por escrito, la que tendrá un valor académico para la acreditación del diplomado de parte del estudiante. La carta debe de especificar con claridad, el nombre y número telefónico y dirección de correo electrónico de la persona con quien el Fondo Indígena sostendrá contacto para el seguimiento de la becaria. Si el/la postulante no presenta este aval, se entenderá que no se postula al beneficio de una beca.
8. Presentación de un “Plan de socialización de conocimiento”, que consiste en una propuesta de devolución de los conocimientos obtenidos en el Diplomado, a la organización que la postula. Este documento deberá de ser firmado por la organización postulante.
9. Carta compromiso del/la postulante para brindar asesoría especializada en el tema del postgrado durante dos años a su organización patrocinadora y a las organizaciones indígenas de su país en forma gratuita.
10. Presentar una propuesta de proyecto de trabajo de investigación acorde con los temas de interés de el/la postulante, enmarcada en dos ejes analíticos: el marco jurídico de derechos y la realidad de las mujeres indígenas. Este proyecto de investigación se desarrollará durante todo el curso del diplomado. La entrega de un reporte final de la investigación, es requisito para la obtención del diploma. Este reporte podrá ser publicado por la Universidad Indígena Intercultural, respetando los derechos de autor correspondientes.
La propuesta del proyecto de investigación deberá de contener los siguientes componentes:
i. Tema de investigación. La postulante pensará en un tema o título de su investigación, de acuerdo a su interés, enmarcando su proyecto en la reflexión sobre el marco normativo de derechos de los pueblos indígenas y las realidades sociales de las mujeres indígenas.
ii. Justificación. La postulante explicará las razones por las que considera que el tema de investigación escogido es relevante. Tratará de identificar la problemática de su interés, desde la experiencia personal. Se trata de relacionar la trayectoria personal-profesional de la postulante con su tema de investigación;
iii. Pregunta de investigación. Para acotar la investigación es conveniente plantearse una pregunta sobre los aspectos que esté interesada en conocer o indagar;
iv. Lugar. Ubicar la comunidad, provincia, estado, país, en donde se va a realizar la investigación de campo.

Todos los documentos deberán de enviarse por vía digital a las siguientes direcciones:
convocatorias@fondoindigena.org
Con copia a:
diplomado_burguete@hotmail.com

terça-feira, 12 de abril de 2011

LA VEJEZ EN TIEMPOS DE MODERNIDAD LIQUIDA: incertidumbres y el temor al envejecimiento

LA VEJEZ EN TIEMPOS DE
MODERNIDAD LÍQUIDA
Incertidumbres y el temor al envejecimiento



Rosane Magaly Martins
Abril 2011



 Rosane Magaly Martins
Miembro de la Academia de Letras y Artes de Santa Catarina/Brasil, es abogada, Máster en Gerontología y en la 1 ª Edición Internacional de Especialización en Gerencia de Salud de Personas Mayores (OMS-CIESS/México). Alumna especial en Maestría en Trabajo Social (UFSC) y profesora visitante en el Programa de Postgrado de Univesc/SC y Faculdades ITECNE, fundadora y presidente del Institución Ame sus arrugas y gerente del Instituto Vida y Ciudadanía.
Contacto: rosanemartinsadv@hotmail.com y +55(48)9161-6165


“Creciendo numéricamente, los ancianos se transforman en objeto de estudio. Propuestas surgen de la boca de la “ciencia”, del Estado, de los medios de comunicación…
Mientras tanto, la historia no se altera. Al no cambiar la historia del trabajador, no cambia la historia del niño, no cambia la historia del anciano, no cambia la historia del hombre”.[1]


 1- Introducción

Para el 2005, los ancianos en Brasil alcanzarán la cifra aproximada de 30 millones de personas, lo que equivale a un 15% de la población. Estudios muestran que, debido al descenso en las tazas de fecundidad, sobre todo a partir de las décadas del 70 y del 80, y a la disminución paulatina de los índices de mortalidad registradas en las últimas décadas, el envejecimiento de la población brasileña es irreversible. Tales cambios le otorgan nuevos significados a la vejez y mudanzas en la vida de aquellos que envejecen, con reflejo socio-cultural-económico. Se plantean nuevos desafíos y  se exige la mantención y la ampliación de sistemas de protección para esta camada de la población en las áreas de la Salud, Asistencia y Previdencia.    

Una actitud típicamente humana consiste en pensar, para poder comprender lo que está sucediendo. Detenerse a reflexionar sobre algunos de estos cambios es el objetivo de este artículo, que busca respuestas que nos puedan ayudar a interpretar el escenario que nos plantea la vejez en un mundo tan complejo, pasando por las páginas de algunos autores de la actualidad que nos ofrecen ideas claves de interpretación plausibles. El envejecimiento y la vejez, además de una conquista, nos presentan hoy un escenario de riesgos, que puede estar siendo manipulado como un dispositivo biopolítico, que crea estrategias de control de la población anciana, determinando conductas y formas de vida.

A través de datos epidemiológicos se percibe la vejez y el envejecimiento como siendo un período de la vida de/con mayor riesgo, con probabilidad de que sucesos negativos ocurran en un futuro supuestamente previsible. Sin embargo, no toda noción de riesgo es probabilística. Y el futuro, infelizmente, no es tan previsible como se pueda creer.

2. Riesgos del envejecimiento y estrategia individualizadora

En Brasil, para fines de averiguaciones demográficas, al individuo se lo considera anciano, según el corte definido por la OMS (Organización Mundial de a Salud), para los países subdesarrollados o en vías de desarrollo, a partir de los 60 años. Así, cuando se refiere al anciano brasileño, se incluye en esta cuenta a las personas que han alcanzado esa edad, pero no podemos y no nos debemos olvidar que la vejez involucra diferentes fases, sobretodo en una sociedad como la brasileña, marcada por la desigualdad social, donde hay una exorbitante concentración de renta y por consecuencia, un alto índice de pobreza. En este caso, se hace necesario recordar que el joven pobre de hoy será también el anciano pobre de mañana.

Según los relatos Del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), la expectativa de vida del brasileño pasó de 41años en 1960, para 72,7 años en 2007, un aumento significativo y representativo para el país. Conforme las proyecciones del IBGE, la población brasileña pasará de los actuales 190 millones de habitantes para 220 millones en 2040, cuando entonces empezará a declinar, hasta llegar a 215 millones en 2050, indicando también que la parcela de los que tienen más de 60 años aumentará de los actuales 12,4 millones para 48,9 millones de personas hasta la mitad del siglo XXI.

Para Magalhães (1989, p.16) “la distribución de la vejez por clases y grupos sociales muestra el perfil equivalente a la concentración de la riqueza y del poder en Brasil. En el medio rural y en la periferia urbana, los ancianos excluidos, anónimos y marginados. En las clases medias, el aislamiento, la pérdida de los papeles familiares y del trabajo, asociados a las pérdidas del poder adquisitivo, no compensados por la jubilación”.

Según los datos del IBGE, en 2008, Brasil ya contaba con 21 millones de ancianos. En números absolutos, esta población con más de sesenta años ya superaba la de Francia, Inglaterra y Alemania. Sin embargo, al contrario de estos países, un 32,2% de los ancianos brasileños no sabían leer y el 51,4% eran analfabetos funcionales (menos de cuatro años de estudio formal). En el conjunto del país, un 11% de los ancianos tenían una renta domiciliar per cápita inferior a medio sueldo mínimo. La gran parte, el 42,8%, recibe mensualmente un sueldo mínimo y casi el 20% de ellos recibe más de cinco sueldos mínimos, lo que es significativo en términos de mercado y consumo[2].       

Personas mayores de 60 años viviendo más, con más tiempo libre y con una renta identificada por los órganos estatales, pasan de seres invisibles para visibles y el anciano se inserta en las agendas pública y privada, pues, aunque presente una serie de problemas sociales (salud frágil y distintas carencias), también pasa a ser visto como un anciano consumidor (aquellos con una renta superior a cinco sueldos mínimos) y que le interesa al mercado. 

Estos números muestran cambios en el aspecto demográfico de Brasil y apuntan el pasar de una vida segura para una vida precaria. “La vida líquida es una vida precaria, vivida en condiciones de incertidumbre constante”, afirma Bauman, al decir que esto les exige a los individuos una continua mudanza de hábitos, incluso, un cambio en sus opciones individuales. El papel del Estado y estas opciones, prácticamente desreglamentadas por las instituciones políticas, dejan las puertas abiertas para el mercado financiero y de consumo.  Estas se pueden dividir en dos grupos:

“Uno se define por la agenda de opciones: el conjunto de alternativas efectivamente disponibles. Toda opción implica escoger una cosa entre otras y raramente el conjunto de cosas a escoger depende de aquel que escoge. El conjunto de restricciones se define por el código de opciones: las reglas que indican con base en qué se debe preferir una cosa a la otra y cuando lo que se ha escogido es adecuado o no”.

Bauman (200, p.85) ejemplifica estos cambios de código a través del “gradual dislocamiento del valor de la salud para el de la buena forma”. De esta manera, la salud sería la uniformidad y la buena forma es el destaque de las diferencias. En este contexto de fase final de modernidad o de pasaje para la condición pos-moderna, no producimos más libertad individual, sino la transformación del “individuo ciudadano político “ para un “consumidor de mercado”.  

Se percibe que, a raíz de este nuevo discurso a respecto de lo que es ser anciano en el Siglo XXI, las relaciones entre el individuo y su contexto social se han alterado profundamente. Teixeira (2008, p.115) destaca que este ideario y las prácticas que lo fundamentan promueven una rearticulación entre lo público y lo privado dentro de la provisión de los servicios sociales, y que para que se haga efectivo con posibilidades de éxito requiere la responsabilidad del sujeto por sus problemas y por la solución de estos.  

La visión de la empresa de riesgo de Urich Beck es un relance de ese tipo de vida[3]: “que pasa de una crisis a otra, tratando de lidiar con un problema conocido apenas para provocar una cantidad desconocida de problemas desconocidos, enfocando la administración de cuestiones locales y perdiendo de vista su contribución para el caos global”. Los riesgos y las contradicciones siguen produciéndose socialmente, pero la forma de enfrentamiento es individualizada, principalmente en el área de la salud, con la creación de nuevas políticas sobre el cuerpo – bioidentidades, que difunden discursos de riesgo por especialistas del área, organizados en consejos mediáticos o académicos que promueven los discursos sobre bien vivir, de responsabilidad individual.

Aunque queramos, como especialistas, ofrecerles a los legos alguna seguridad, no obtendremos éxito. La prevención moderna consiste, antes de más nada, en mapear los riesgos. Rabinow (1999, p. 145) afirma que “prevenir es vigilancia, no la vigilancia del individuo, sino la de probables sucesos de enfermedades, anomalías, comportamientos desviantes a ser minimizados y comportamientos saludables a ser maximizados”. Él entiende que nuevas tecnologías se están incorporando a la administración de grandes poblaciones, que serán monitorizadas por sus diferencias, por el riesgo que presentan, por sus prácticas categorizadas como de riesgo social:”cualquier condición física, mental o situacional que produzca debilidad o problema en relación a aquello que se considera normal; lo normal se define por el promedio de capacidades y oportunidades de la mayoría de los individuos de una misma sociedad”. (Rabinow, 1999, p.146).  

3. Modernidad globalizante, biopoder y riesgo social de la  vejez
  
La modernidad, en su actual complejidad, debe tomar en cuenta la globalización y los riesgos sociales que se le imponen al individuo y a la colectividad, que afectan aspectos más personales de nuestra existencia. Giddens (2001, p.9) afirma que las personas que hoy viven en los países industrializados, están sujetas a situaciones que son individuales o, máximamente, familiares, como enfermedades crónicas, estrés, violencia y divorcio, que presentan tensiones tanto para el “yo”, como para el conjunto social.

Aunque protegidas de las intemperies de los tiempos pre-modernos, las personas en la modernidad están sometidas a otros riesgos (desde el consumo de agro tóxicos y los peligros de los transgénicos, hasta las nuevas tragedias ambientales) mucho más sutiles, así como el control del cuerpo y de la mente en busca de patrones ideales de cuerpo.
    
En lo que se refiere al envejecimiento humano, los avances de las investigaciones genéticas aseguran que, si conocemos todo nuestro patrimonio genético y los factores ambientales en que estamos inmersos, seremos capaces de administrar nuestros cuerpos y de organizar nuestra existencia de manera segura. Sin embargo, las discusiones sobre el genoma deben abarcar algunas advertencias, como las elaboradas por Cardoso & Castiel (2003, p. 657), que dicen que ni todos podrán beneficiarse con el resultado de la genómica moderna que actúa, sobre todo, por los mecanismos de mercado. Y les advierten a los excluídos: 

¿Qué hacer con enormes grupos poblacionales que no pueden actuar efectivamente como agentes de consumo? Tal vez, en la mejor de las hipótesis, podrán recibir ayuda mediante campañas solidarias”.

Uno de los caminos recomendados por Cardoso & Castiel es la reflexión sobre los conceptos de “biopoder” (1977) de Michael Foucault, actualizado para “tecnobiopoder” por Haraway. Para Foucault[4] biopoder es la fuerza productiva que focaliza las experiencias biológicas de una población, en la que las autoridades, al envés de impedir o destruir la vida, tienen como tarea mantenerla y someterla a controles y reglamentaciones precisas para perfeccionar sus capacidades. Este poder sobre la vida ve el cuerpo como a una máquina, que debe ser disciplinado y optimizado en sus capacidades (lo que Foucault nombra de anátomo-política del cuerpo humano). El biopoder focaliza además, el especímenes del cuerpo analizados según sus capacidades de propagación, nacimiento y la muerte, la expectativa de vida, la longevidad y las condiciones que hacen variar estos procesos bilógicos, en una secuencia de intervenciones y controles, identificada por él como biopolítica de las poblaciones, según conceptúa Mitjavila (1994, 67-68).



Ya el “tecnobiopoder” hace referencia a estrategias de administración, terapéutica, rastreo y vigilancia de los cuerpos que discursivamente constituyen, amplían y administran las fuerzas de los organismos vivos. Es lo que se observa junto al segmento de personas en proceso de envejecimiento y de aquellas mayores de 60 años. Son personas que tienen expectativa de vida y longevidad ya etiquetadas, previsibles, programadas y con verbas definidas para el atendimiento o no de sus necesidades personales y/o sociales.    

Para Giddens (1991, p.11), esta modernidad “se refiere al estilo, costumbre de vida u organización social que emergieron en Europa a partir del siglo XVII y que ulteriormente se volvieron más o menos mundiales en su influencia”. Él observa que vivimos una época marcada por la desorientación, por la sensación de que no comprendemos plenamente los eventos sociales y que perdemos el control. La modernidad ha transformado las relaciones sociales y también la percepción de los individuos y de las colectividades sobre la seguridad y la confianza, bien como sobre los peligros y los riesgos del vivir:

“La modernidad, se puede decir, rompe el referencial protector de la pequeña comunidad y el de la tradición, sustituyéndolos por organizaciones mucho mayores e impersonales. El individuo se siente privado y solo en un mundo en el que le falta el apoyo psicológico y el sentido de seguridad que ofrecen ambientes más tradicionales”. (Giddens, 2002, p. 38).

Para él, no basta con inventar nuevas palabras que expliquen este remolino, pero se hace necesario mirar con atención para la propia modernidad y analizar sus consecuencias. Dice su tesis:



“Envés de estar entrando en un período de pos-modernidad, estamos alcanzando un período en el que las consecuencias de la modernidad se vuelven cada vez más radicalizadas y universalizadas que antes. Además de la modernidad, debo argumentar, podemos percibir los contornos de una nueva y diferente orden, que es “pos-moderna”; pero esto es muy distinto a lo que actualmente muchos le llaman “pos-modernidad”. (191, p. 12-13)
En la tabla siguiente se muestra la transición de la modernidad a la modernidad reflexiva en algunos aspectos:

LA MODERNIDAD
Sociedad industrial
LA MODERNIDAD REFLEXIVA
Sociedad del riesgo

Trabajo
-Sociedad del trabajo y el pleno empleo

-Red asistencial

-Linealidad y localización de la producción
-El capitalismo sin trabajo

-Pluralización de trabajo

-Trabajo temporal y flexible

Política
-estado con la soberanía   económico territorial
-burocracia

-la descentralización de la arena política
- nuevos actores no-territorial como capital internacional y los conglomerados financieros
Individualización
Identidad tejida por las clases sociales, los partidos y ideologías
-individualización más allá de las clases
-pluralidad de estilos de vida
-interiorización del miedo y la angustia ante la presencia de los riesgos globales
Crisis ecológica
-la explotación ilimitada de la naturaleza
- desigual distribución de riesgos entre países ricos y pobres
-autosostenible operación
-universalidad de riesgo



















Tabla 1: paralelo entre la modernidad y la modernidad reflexiva. Fuente: artículo Sociedad del Riesgo, con Ulrich Beck. Caderno Mais! Page 5. Folha de São Paulo, 23.05.1999
Reflejo de esta modernidad tardía y sus inseguridades es la transferencia de las responsabilidades sociales estatales para las familias y para los individuos. Vivimos en una sociedad con una significativa desigualdad social y tenemos una medicina con acciones volcadas hacia las camadas más ricas de la población, lo que ocasiona mudanzas significativas en el atendimiento de las necesidades de la salud brasileña. Ribeiro (2003, p.164) explica que “la medicina antes actuaba sobre la salud, en el intento de eliminar males y enfermedades; hoy se tiene una idea de que, además de reducir a cero el malestar de las personas, debe también promover su bienestar”. Este cambio gradual y conceptual de la Medicina, según el filósofo, la hace más ambiciosa en términos de resultados. “A medida que las nuevas formas de tratamiento vayan teniendo éxito, será cada vez más discutido quién tiene derecho a eso”, afirma Ribeiro (2003, 165). Él prevé que tendremos una sociedad dividida en cuerpos de ricos y cuerpos de pobres, con un aumento aún mayor de las desigualdades.     

“Si desde muy temprano tenemos cuerpos tratados de maneras distintas, estaremos aproximándonos al terrible mundo que Aldous Huxley describe en su obra Un Mundo Feliz, en el que desde el feto o el embrión las personas ya están programadas para diferentes destinos”.

Ribeiro y Giddens, de cierta forma, anticiparon los escenarios que viven hoy las personas de más edad en países como Brasil, donde pocos tienen acceso a una tecnología hospitalaria de alta performance (debido a su elevado costo) y donde la gran mayoría amarga en las largas filas del atendimiento del SUS (Sistema Único de Salud) o en sus propias casas, atendidos por equipos de PSF (Programa Salud de la Familia), que detectan una carencia de todo, pero que poco pueden hacer para cambiar estas realidades individualizadas. 

4. Información y gerenciamiento de los riesgos para la población anciana

Como vimos, el biopoder se configura como gestión de la vida como un todo, actuando con técnicas de poder sobre lo biológico, para modificarlo, transformarlo, perfeccionarlo y así, hacer efectivo el control de la población, adecuándola a los procesos económicos, delante de las incertidumbres de la modernidad.

En el medio de este proceso tenemos al riesgo siendo usado como un dispositivo biopolítico contemporáneo, como advierte Mitjavila (2002, p. 135) que enfatiza la existencia de correspondencia entre el modelo de protección social que se caracterizaba por la socialización del riesgo a través de políticas solidarias - de carácter integral, y el concepto de poblaciones en riesgo social, vulnerable.

La reestructuración económica neoliberal promovió la transferencia de la responsabilidad del Estado – que antes socializaba sus prácticas - para el individuo, su familia y organizaciones no gubernamentales, que pasan a asumir sus riesgos e la incertidumbre de sus vidas, sus empleos, su salud, siguiendo la tendencia contemporánea de la individualización de los riesgos sociales.    


Es a través de la epidemiología que tenemos la idea del riesgo como la probabilidad de que un suceso negativo ocurra en un futuro supuestamente previsible. Creemos que mientras más información exista sobre los riesgos a que estamos sometidos, más cuidado el ciudadano tendrá consigo y con su vida. Pero en la práctica se puede percibir que la información no es un elemento decisivo en la percepción de los riesgos, que posee otras variables como posición e identidades sociales de las normas y valores dentro del espacio en que viven los individuos que enfrentan estos problemas. O sea, no todo pasa por el razonamiento y por la dimensión cognitiva.

Ayres (1995) analiza el fracaso de medidas ambientales utilizadas para el control de epidemias en espacios urbanos durante el siglo XIX, cuando amenazas y riesgos a la salud surgirían del medio ambiente, o sea, se creía que habiendo un cambio de medio, mejoraría la salud colectiva. Sin embargo, la bacteriología fue más eficaz al explicar los problemas de salud que, aliada a la estadística y a la teoría de la probabilidad, representó la invención de un nuevo registro para crear y analizar los problemas de salud en el espacio público. Con el avance en las técnicas de manipulación genética, el foco de las intervenciones en la salud colectiva de disloca hacia el abordaje genómico de los individuos.

La ciencia promete que con el descortinar del genoma humano habrá más seguridad y control sobre nuestros cuerpos. Pero de esta manera, advierten Castiel & Cardoso (2003, p. 653) “sería dislocada la prioridad central de los esfuerzos y recursos para reducir las enfermedades en función de las desigualdades socio-económicas, y los avances de la medicina genética serían ofrecidos para aquellos capaces de adquirirlos en el mercado”.   


Este proceso refleja sobre las políticas públicas cuando identifica amenazas y peligros utilizándose la lógica del riesgo, a través de propiedades individualizadoras que se dislocan y repasan la responsabilidad para el individuo que debe desafiar su destino, tomar decisiones y asumir responsabilidades que resultan de su exposición a los riesgos.

Uno de los ejemplos de este movimiento es el aumento de número de ancianos infectados por el virus HIV, a pesar de las campañas institucionales intensas de combate al contagio que se han hecho a lo largo de los últimos años. Desde el final de los años 90, ha crecido en más de 35% el total de personas portadoras de SIDA con más de 60 años en Brasil, un período en el que las campañas esclarecedoras fueron intensificadas en todo el país. Son casi 39,5 millones de personas infectadas en todo mundo. En Brasil, lo aumento de casos registrados en esta faja etaria, hasta juño de 2006 representa más de 433.067 ancianos.

Los prejuicio que cercan la experiencia de la sexualidad en personas mayores de 60 años limita lo enfoque de VIH. La sida ha sido siempre considerada como una enfermedad de adultos jóvenes, como si la población de mayor edad no sea sexualmente activa. Pero las cifras muestran que la epidemia ha crecido en esta población, especialmente en los últimos años.

La mayoría de las personas mayores de 50 años de edad infectados con el virus estaba expuesta debido al contacto sexual sin condón. En los últimos años, la popularidad de las drogas de reemplazo de hormonas, disfunción eréctil y la impotencia sexual, despertó una verdadera revolución en los hábitos sexuales de las personas mayores. Se dispone de información para la prevención, hay la distribución de preservativos y fue trasladar la responsabilidad a la persona, pero en realidad no se refleja en la reducción de la infección por HIV.

La mayor parte de los 14 millones de ancianos contaminados por el virus se ha  expuesto debido al contacto sexual sin preservativo. En los últimos años, la popularización de los medicamentos para reposición hormonal, disfunción eréctil e impotencia sexual ha posibilitado una verdadera revolución en los hábitos sexuales de los ancianos. Ha habido información para la prevención, se han distribuido preservativos y se ha dislocado la responsabilidad hacia lo individual, pero eso, efectivamente, no ha significado la disminución del contagio.    

5. La invención de la tercera edad y la opresión de la vida saludable

En la esfera de la biopolítica de Foucault, Teixeira (2008) destaca que “el capital avanza no apenas generando nuevas necesidades, pero también creando los medios para satisfacerlas” ofreciendo una gama de objetos, servicios, valores y comportamientos necesarios para esa satisfacción, que visan no al hombre y su realización, sino las necesidades reproductivas del capital. La invención de la expresión “tercera edad” se da a fines de los años 60, en Francia, a fin de plantear una nueva realidad que no sería marcada solamente por la miseria, enfermedad y decadencia, pero sí un tiempo de nuevos valores colectivos, como el entretenimiento. La expresión se popularizó a servicio de grupos financieros que administran fondos de pensiones, como bien lo destaca Teixeira (2008):

“Empleando profesionales en distintas áreas de formación, en la investigación de las condiciones de vida y de las necesidades de los ancianos, esas instituciones contribuyeron activamente para la invención de la ”tercera edad”.

Para que se tenga una noción de lo que la tercera edad significa en términos económicos, en Brasil, el montante de recursos patrimoniales de los fondos de pensión alcanza la casa de los 145 billones de reales, o aproximadamente, un 15% del PIB brasileño, como cita Granermann en su trabajo de investigación sobre la Previdencia Social. Además, el mercado se da cuenta de la capacidad de consumo de esta parcela de la población y transforma el discurso de la década de 50, que se refería a los ancianos como “viejos sin recursos”, “viejos entrabados”, “enfermos seniles”, abandonados en “asilos”, para un discurso renovado, volcado hacia los ancianos de la clase media consumidora, y se refiere a ellos como aquellos que poseen “una edad avanzada”, “la edad de oro”, viven en “los hogares del sol” y se distraen en “los clubes de la tercera edad”[5].
 
En las décadas posteriores ocurre un cambio en la concepción de la vejez, a fuerza de nuevos posicionamientos de investigaciones gerontológicas que cuestionan los estereotipos de la inactividad, pasividad, improductividad y otros déficits atribuidos socialmente a la vejez hasta ese entonces. Sin embargo, Teixeira (2008) deja claro que las negativas de los estereotipos tradicionales son también maléficas, ya que “homogenizan la comprensión de las experiencias de envejecimiento, desconsiderando las diferencias de clase, etnia, género, entre otras (…), funcionando como una ideología de la vejez”  

De la misma manera, el nuevo discurso gerontológico mundial supervalora esa etapa de la vida y pasa a exigir que las personas mayores de 60 años mantengan comportamientos activos, joviales, dinámicos y saludables, como que para ahuyentar la vejez. Debert, citado por Teixeira (2008, p. 113), llega a afirmar que el objetivo de la tercera edad sería el de la “búsqueda de la juventud como algo que siempre puede alcanzarse, desde que haya formas de consumo y estilos de vida adecuados” y concluye que no se trata de la valoración de la persona de edad, sino de la afirmación del valor que tiene la juventud. 

Ese movimiento contradictorio sobre el envejecimiento ha sido denunciado por Teixeira (20018, p.112) como siendo un “proceso de reprivatización de la vejez, pues es al mismo tiempo un problema social de responsabilidad pública, mientras los profesionales de la gerontología, con la intención de captar clientes, venden la idea de que la vejez puede ser una etapa de entretención, satisfacción, placer, motivación y envolvimiento de responsabilidad individual”. Los resultados de esta contradicción, también denunciada por Debert (199, P.20) se observan en nuestro cotidiano, cuando programas sociales sirven de expresiones de “control social sobre el tiempo de vida de los ancianos y de la planificación externa de comportamientos, actitudes y sentimientos”, describe Teixeira (2008, p. 114).     

Si en la modernidad la información del especialista hace con que parcelas de la población cambien sus biografías y estilos de vida, ella misma – la modernidad tardía - trae consigo la contradicción de verdades cuestionables. Según Giddens (1997, p. 104) “la legitimidad del especialista también se funda en el saber, pero éste ya no es monopolio suyo y tampoco puede estar seguro de que el poseerlo le garantice automáticamente la confianza; y mucho menos que su verdad será incuestionable. Los especialistas tienden a discordar de entre sí y la crítica es esencial para su desarrollo”.

Esta gran cantidad de especialistas y consejeros privados, aunque ofrezcan informaciones diversificadas y conflictivas, refuerzan la atribución de responsabilidades a los individuos contemporáneos. No apenas refuerzan, sino que también constituyen, según Bauman (1999), una de las fuentes de angustia e incertidumbre del mundo actual. Sin embargo, algunos discursos conectan estos distintos apelativos, como se percibe ampliamente en la aceptación y profusión en torno a los estilos de vida saludable. Tales modelos parecen constituir un patrón de buena conducta. Pero vale resaltar que este patrón insiste en la responsabilidad individual por los riesgos, aunque estos no se puedan controlar. Como nos lo recuerda Mitjavila (2002):
 
“la individualización de los riesgos supone el desarrollo de técnicas para incitar, orientar, informar y controlar a los individuos y a las familias con relación a las posibilidades de que ocurran sucesos indeseables. Es bueno que se recuerde la importancia que asume la idea de estilo de vida, como locus privilegiado para la construcción de las trayectorias biográficas en la modernidad tardía. En ese sentido, en nombre de los riesgos, los árbitros de la vida social pueden justificar intervenciones direccionadas a vigilar, orientar, controlar, juzgar y, aun a punir a los individuos y sectores de la población que no logran construir – o que oponen resistencia  a la construcción de – ‘estilos de vida saludables o correctos’” (Mitjavila, 2001, p. 139).

De hecho, la ciencia no se ha mostrado tan cierta y segura de sus afirmaciones – lo que parecía verdadero en un determinado contexto histórico, se ha revelado falso en otras condiciones. Las incertidumbres son las únicas certezas en nuestra modernidad tardía, pero, así mismo, también lleva información especializada y, algunas veces, contradictoria a los ancianos que tendrán – como legos – que descartar u optar por lo que entiendan como adecuado para sus vidas. 

¿Cuáles serán las formas correctas de vida, de consumo, de relacionamientos? Cuanto más nos especializamos, más nos perdemos en un sinnúmero de respuestas posibles. Pero el especialista está inclinado a reforzar su saber ante el lego. Para Giddens, en las condiciones de la modernidad reflexiva[6], “el conocer no significa estar correcto, o sea, el conocimiento está siempre bajo la duda e incide sobre las prácticas sociales y éstas sobre aquél”. Esta modernidad tardía debe ser reflexiva, pues estamos inseridos en una sociedad de riesgo, un mundo fuera de control, en el que no hay nada cierto, a no ser la incertidumbre.
  
6. Estatuto conceptual del riesgo en la gestión del  envejecimiento
  
Ante esta realidad, en la que vivimos inseridos en una modernidad tardía, que, en un ambiente globalizado, nos trae evidencias de que cambios efectivos en nuestro comportamiento podrán asegurarnos un futuro menos trágico, ¿cómo humanos en proceso de envejecimiento se comportan? El individuo debe enfrentar nuevos riesgos provenientes de la ruptura con los patrones de comportamiento establecidos, incluso el riesgo de que las cosas puedan quedar peor de lo que estaban. Giddens distingue los ambientes de seguridad y de riesgo en contextos pre-moderno y moderno, cuando teníamos como lugares de confianza las relaciones de parentesco, comunidad y religión y que se han sustituido hoy por relaciones personales, sistemas abstractos de relaciones y pensamiento con foco en el futuro.
          
Los ancianos de hoy, con 70, 80 años de edad, aún están inmersos en contextos de confianza pre-modernos, pero se les exige constantemente en su trayectoria personal, la conducta típicas de la modernidad tardía, lo que los deja más inseguros que el propio miedo que les provoca la vejez y la finitud. El mismo término “estilo de vida” es interesante para la reflexividad[7]: muchas veces pensada apenas en términos de un consumismo superficial. Giddens (2002, p. 79) explica que “no tenemos opción, a on ser escoger. Un estilo de vida puede ser definido como un conjunto más o menos integrado de prácticas que un individuo abraza, no sólo porque esas prácticas suplen necesidades utilitarias, sino porque también materializan una narrativa particular de auto-identidad”.  

Giddens también habla sobre salud y cita a Goleman cuando se refiere a riesgos que no se pueden calcular, porque el conocimiento que tiene toda la ciencia y la tecnología existente al respecto de la modernidad tardía es incompleto:

“Si uno creyera en todo lo que lee sobre los alimentos hoy en día, probablemente nunca más comería. Prenda la TV o la radio, abra una revista o el periódico y verá y oirá cuentos horribles sobre las cosas siniestras que los proveedores hacen contra uno. Eso ya sería suficientemente malo. No es agradable sentarse delante de un plato de buena apariencia, si uno se imagina que éste podrá ser el último de su vida (…) ¿Cuál es la verdad sobre la comida que ingerimos? ¿Qué es bueno y qué es malo para uno?” (Giddens, 2002, p. 97)

Los ancianos, en este panorama, se sienten completamente inseguros con la cantidad y la variedad de informaciones sobre lo que deben hacer para asegurarse salud, bienestar y longevidad. Todos quieren romper barreras, vivir por más tiempo sin perder su autonomía e independencia. Pero existe una paradoja en esta realidad presentada, pues por más modernidad y ciencia que produzcamos, la sensación de inseguridad que tenemos es cada vez más grande. Según sugiere Castel (2006, p. 23) “la constante frustración que sienten los individuos en cuanto a este creciente sentimiento de estar protegidos y las carencias de un Estado cada vez menos omnipresente, sugiere la idea de una economía del miedo o, mejor dicho, de una economía de la protección”.
   
Castel cree que los gobiernos caminan hacia una gestión de perfiles humanos que actúen de forma a prevenir los riegos y no para la cura de eventuales molestias. Ejemplifica con el modelo francés que registró, al final de los años 80, a sus ciudadanos en sistemas de datos automatizados, manipulado por gestores que pertenecen a esferas de poder y decisión lejanas a las de aquellos especialistas que atienden a la población en sus problemas específicos. Según Castel (1981, p.143) “la nueva política social crea nuevos consorcios de equipos especializados, que pasan a controlar contingencias y planificar deficiencias para obtener un programa de gestión racional de las poblaciones”. 

De esta manera, el envejecimiento también se está insiriendo en las agendas de gerenciamiento de riesgos, pues el gran contingente de personas más allá de los 60 años, para los próximos 25 años, generará un gran impacto sobre la salud, la previdencia y la economía de la mayoría de los países. Y el discurso de la individualización del riesgo, paralelo a aquellos que envejecen, ya viene siendo  implementado por especialistas e instituciones, según se va conociendo el número de personas que ha iniciado la práctica de actividad física, cambios en sus hábitos alimentares y la realización periódica de exámenes y consultas médicas en una búsqueda por salud y longevidad. 

El riesgo de llegar a la tercera edad en condiciones de debilidad/comorbilidad y con fragilidades se les repasa a los ancianos como si fuera una condena, caso no  hagan lo que debe hacerse hoy – cambiar su estilo de vida. El incentivo a la “buena conducta”, a la “conducta correcta”, a las “conductas saludables”, se caracteriza como una forma de enfrentar individualmente los factores de riesgo. De esta manera, bajo la bandera de “reducir el riesgo”, se crean condenas morales y que les cabe a estos individuos que salen del promedio de la normalidad, como sobresalienta Douglas (1992 apud LUP-TON, 1999, p.46). 

7. Conclusión

Vivimos la época de la modernidad tardía, zambullidos en una crisis generada por la propia eficiencia del capitalismo que se implementó el siglo pasado. La población de ancianos alcanzará un 15% de la populación brasileña en 2005, lo que representa una parcela significativa de consumidores. La creación del término “mejor edad” en la década de 60 le dio visibilidad a este grupo compuesto por ancianos, que pasó a ser percibido y tratado de forma estratégica por algunos segmentos del mercado, pero, al mismo tiempo, como un problema social en potencial. Decurrente de este panorama es el dislocamiento de la responsabilidad, que hasta entonces era social, y ahora pasa a ser del individuo y sus familias. Surge la demanda de nuevos estilos de vida para la población en envejecimiento y la promesa de vida larga con el cambio en el valor de lo que es la salud para el concepto de la buena forma.  

En tiempos de modernidad líquida, las personas están sometidas a distintos riesgos, y por más que se busque seguridad para la longevidad, este ambiente las deja más inseguras, pues es demasiada la cantidad de informaciones difundidas por los especialistas como siendo conductas adecuadas. Foucault advirtió que nuestros cuerpos estaban siendo administrados como cuerpos-máquina, disciplinados y optimizados; y el tecnobiopoder trae las estrategias para actuar sobre estos cuerpos desiguales – cuerpos de ricos y pobres.   

Las nuevas formas de gerenciamiento de riesgos se sobreponen a la probabilística y lo que era una posibilidad pasa a ser administrado como riesgo efectivo. La ciencia, de cierta manera, produce resultados conflictivos y las personas tienen dificultades cuando deben decidir entre lo que es correcto y lo que es incorrecto.

Estamos delante de grandes cambios sociales en el aspecto sanitario, que se han dado y siguen dándose en distintos países,  sufrimos un impacto con la reducción de las tasas de natalidad lo que ha provocado mudanzas en la configuración poblacional brasileña. Este inmenso contingente de personas que ultrapasará, en breve, los 80 años de edad quiere no apenas la longevidad, sino que también anhela calidad de vida. Por otro lado, se debe combatir la “gerofobia” – el miedo a envejecer, que surge paralelamente a esta conquista por más años de vida.   

Asegurar el atendimiento de la salud que considere las características típicas de la vejez, garantizar un sistema de jubilación básico universal, desmitificar la idea de la vejez asociada a la fragilidad, son algunos de los desafíos sociales que se nos presentan.

No se puede negar que la sociedad brasileña está volviéndose canosa. Jamás en otro tiempo de la historia, hubo tantos individuos alcanzando una edad avanzada; sin embargo, es importante que, además de añadirle años a la vida, se le añada vida a los años. Para que eso sea posible, tendremos que evaluar los riesgos sociales a que están expuestas las personas en proceso de envejecimiento y cómo podrán asegurárseles sus derechos sociales.

En el campo de las Ciencias Sociales también tenemos que plantearnos si los riesgos que se les presentan a las personas en proceso de envejecimiento son probabilidades o certezas. Al evaluar la construcción del discurso aplicado se debe medir cuales son las disputas de poder existentes, bien como los intereses económicos envueltos y entender las luchas y acciones colectivas que el envejecimiento despierta y que tendrá que enfrentar.        

Siempre trabajamos con incertidumbres. Sabemos que las personas son únicas, exclusivas, incomparables y por esta razón, no se puede asegurar si determinado procedimiento o protocolo padrón de conducta/comportamiento funcionará o no. Es obvio que envejecer basándose en evidencias puede disminuir el grado de inseguridad que el mundo moderno nos presenta, pero no nos da la certeza de su resultado. No hay como asumir el riesgo como algo cierto bajo pena de transformar a los seres humanos en meros números estadísticos, y poblaciones en robots de obsolescencia programada con gestión biopolítica de lugares sociales y de intervención y controles regulatorios de populaciones.  


Referências:

AYRES, J.R.C.M. Ação Comunicativa e conhecimento científico: origens e significados do conceito de risco. Tese de Doutorado. Faculdade de Medicina. Universidade de São Paulo, 1995. Capítulos selecionados.

BAUMAN, Z. Em Busca da Política. Rio de Janeiro: Jorge Zahar Editor, 2000, p. 65-135.

BECK, Ulrich, GIDDENS, Anthonny e LASH, Scott. Modernidade Reflexiva: política, tradição e estética na ordem social moderna. São Paulo: Unesp, 1997, p. 19

CASTEL, Robert. La Inseguridad Social: ¿Qué es estar protegido? Buenos Aires: El Manantial, 2006, p. 23.

CASTIEL, Luis David e CARDOSO, Maria Helena C. de A. Saúde Coletiva, nova genética e a eugenia de mercado. Rio de Janeiro: Cad. De Saúde Pública, 19(2): 653-662, mar-abr, 2003.

DEBERT, G.G. A reinvenção da velhice: socialização e processos de reprivatização do envelhecimento. São Paulo: Eduspo/Fapesp, 1999, p. 20-30.

GIDDENS, Anthony. Conseqüências da Modernidade. São Paulo: Unesp, 1991, p. 12-13, 80.

___________. Modernidade e Identidade. Rio de Janeiro: Jorge Zahar Editor, 2002, p. 9- 27.

GRANERMANN, S. Trabalho e previdência social: notas sobre esta relação. In: GOLDMAN, S.N.; PAZ, S.F. (Org). Cabelos de néon. Rio de Janeiro: Tempo Brasileiro, 2001, p. 75-88.

LUPTON, D. Risk and culture. In: ______. Risk. London: Routledge, 1999. p. 36-57.

MAGALHÃES, Dirceu Nogueira. A invenção social da velhice. Rio de Janeiro: Papagaio, 1989, p. 16.

MITJAVILA, Myrian. Corpo, poder, saber. São Paulo: Revista Escritos- USP, 1995, p. 61-71.

_____________. O risco como recurso para a arbitragem social. In: Tempo Social – Revista de Sociologia. São Paulo: USP, v. 14, n. 2, out. 2002, p. 129-145.

RIBEIRO, Renato Janine. Ética e Direitos Humanos. São Paulo: Revista Interface, v7, n12, fev. 2003, p. 149-66.

TEIXEIRA, Solange Maria. Envelhecimento e trabalho no tempo do capital. São Paulo: Cortez Editora, 2008, p. 110-121.



[1] HADDAD, Eneida G. de M. A Ideologia da Velhice. 1986.
[2] Sintese de Indicadores Sociais IBGE, 2008
[3] Citado por Bauman, Z. (2000, p. 135)
[4] Cardoso y Castiel, p. 659, Cadiernos de Salud Publica, 2003
[5] Como se refiere Lenoir, citado por Teixeira (2008, p.113).

[6] Modernidad reflexiva, para Giddens, sería aquella que posee su característica central en el riesgo. En ella se trata de convertir las consecuencias imprevisibles de las decisiones civilizantes en decisiones previsibles y controlables. Los autores que desarrollaron la idea de Modernidad Reflexiva y Sociedad de Riesgo son Beck, Giddens y Lash.  
[7] “En el auto concepto de la sociedad de riesgo, la sociedad se vuelve reflexiva (en el sentido más estricto de la palabra), lo que significa decir que ella se torna un tema y un problema para ella misma”. (Beck, U. 1997, p. 19)